domingo, 28 de junio de 2009

Maupassant y los remeros contracorriente.

Según Umberto Eco, la literatura es una pasión que cambia la realidad, aunque los textos que la conforman no han sido producidos con fines prácticos sino más bien para provocar placer, para la elevación espiritual, para ampliación de los conocimientos.
El Club de Lectores Malditos, en cada encuentro propone un viaje en busca del placer perdido, y para ello, se han sumergido esta vez en el crítico y audaz universo de Guy de Maupassant, uno de los autores franceses más destacado que trascendió las asfixiantes fronteras de las escuelas literarias.
Maupassant nació en 1850 y con la publicación del relato Bola de Sebo en 1880 consiguió el reconocimiento del principal abanderado del naturalismo: Emile Zola. Dicho movimiento literario proponía como recurso estético el realismo y persiguió una equivalencia exacta entre la realidad y la literatura. Si bien es cierto que en la obra de Maupassant se observan muchos de estos elementos, tales como la descripción de ambientes y personajes, también es cierto que trascendió a los mentores de dicho movimiento estético porque hoy, leer sus cuentos sigue siendo una experiencia al alcance de todos, por su vigencia estética. En cambio, la lectura de la obra de Zola, por ejemplo, está limitada a los ámbitos académicos
Por lo tanto, los lectores malditos, imbuidos de su poder lector, liberaron a Maupassant de aquel relato emblemático y remaron contracorriente para leer una historia de las tantas inspiradas en El Sena. Allí, un antiguo remero cuenta sus aventuras junto a un grupo de compañeros que habían adoptado una timonera singular y generosa en cuestiones de amor. Mosca, es su apodo, y esa mosca revolotea en lo bueno y lo malo del mundo.
Si bien podría pensarse que una obra realista tiene todos los elementos sobre la mesa y poca creatividad le resta al lector para construir sentido, los cuentos menos conocidos de Maupassant abren muchas puertas, dado que las conductas humanas más cuestionables son puestas en evidencia. Pero la actitud del narrador en ningún momento es la de un juez, sino por el contrario ilumina dichas conductas con una frescura irresistible. El ojo crítico del narrador, en cambio, recae sobre las formas morales dominantes, sobre la burguesía que aparenta lo contrario de lo que hace, y tal vez es aquí donde podríamos explicar su vigencia: las clases dominantes nunca son lo que pretenden ser.
Recordando las palabras de Eco, entonces, sería posible decir que la literatura cambia la realidad del lector, quien en el acto de leer avanza hacia sí mismo, intensifica su capacidad reflexiva y retorna al mundo mucho más entero, mucho más fuerte, mucho más sabio.
Finalmente, cabe decir que, si bien la lectura es un acto íntimo, personal, solitario, el Club de Lectores Malditos crea un lugar donde compartir la experiencia, un lugar donde todas las voces son válidas, porque todas las lecturas son posibles dado que hay muchas recepciones distintas.
Una vez más, queda hecha la invitación para participar del próximo encuentro del Club de Lectores Malditos en la planta alta de la Escuela Normal, el próximo lunes 6 de julio, a las 18.30 y a compartir los encuentros virtuales en http://www.clubdelectoresmalditos.blogspot.com/


¡¡¡¡¡ATENCIÓN!!!!!

El encuentro programado para el lunes 29 de junio se llevará a cabo el lunes 6 de julio.

Los esperamos para seguir compartiendo el particular vicio de la lectura.
Club de lectores malditos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario